Dentro de tu vientre oscuro
estalla un socorro a gritos,
dentro de tu vientre, mitos,
leyendas, corazón duro.
Y dejadme, el suelo impuro,
abrirlo para salvarlos;
yo quiero poder mirarlos,
quiero saber sus apodos,
conocer sus nombres todos
para en la historia guardarlos.
En zanjas de tierra seca
vuestra vergüenza se oculta,
vuestra miseria me insulta,
para un creyente se peca.
Mas ya la verdad defeca
vuestro acto criminal;
aquella gente leal
que en las fosas ocultasteis,
aquellos que así enterrasteis
descansarán al final.
Quieren sus huesos salir,
quieren romper las entrañas
de las cunetas extrañas
donde fueron a morir.
Ellos querían vivir
y les quebrasteis la vida.
En sus hijos esa herida,
todavía supurando,
no ha de cerrarse hasta cuando
hallen la fosa perdida.
Chega fondo isto que escribes! Non teño máis palabras.
ResponderEliminarBiquiños.
A outros tiña que chegarlles. Queren mirar para outro lado e así terán sempre agochado o sentimento. Así agochan unha parte da verdade, e a historia ten que ser enteira se non, non é historia.
ResponderEliminarBiquiños, querida Concha.
Muy sentido tu poema, amigo. Atemporal y profundo, creo que produce identificación en muchas épocas. Un cordial saludo, Piteira.
ResponderEliminarGracias, Mariela. Tienes mucha razón; aunque está escrito pensando en algo concreto, la verdad es que identifica a diversos escenarios, distintas épocas y diferentes personajes.
ResponderEliminarSaludos, amiga.