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domingo, 17 de febrero de 2019

UN DOMINGO EN COLÓN

Foto publicada en la prensa de la época
   Es un domingo en Colón
el que vengo a relatar,
que os lo quiero yo contar
desde mi humilde opinión.
Obligada condición
en este relato mío
es mostrar en él mi hastío,
mi repulsa y mi vergüenza.
Esta historia, pues, comienza,
en conseguirlo confío:

   Ya está la soflama escrita

en los ardientes papeles,
piensan que son coroneles...
reyes son sin coronita.
Osados abren la espita
del ego que los inflama
y van prendiendo la llama
del odio a quien no es igual.
Son cerebro genital,
son conciencia de almojama.

   Entre la miseria gozan

reclutando admiradores,
serán fieles servidores
del lodazal en el que hozan.
Y cuando sus garras rozan
el corazón de las gentes,
como alfileres candentes
asolan su dignidad
llenando de iniquidad
sus empobrecidas mentes.

   Como estandarte una cruz,

son reserva espiritual
de esa España medieval
que llevan en la testuz.
Algunos hacen el buz
a su patriotismo bajo,
son la España del badajo
y la Santa Inquisición,
son razón de sinrazón,
son ¡A por ellos, carajo!

   Añoran tanto a Fernando,

a Isabel añoran tanto
que es su añoranza gran llanto
que van al cielo clamando.
Y al pueblo van reclamando
su católica unidad.
¡Fascista realidad
su bandera y su consigna
que ante el altar se presigna
con hipócrita humildad! 

   En su lengua viperina

se amontonan, ponzoñosas,
las mentiras asquerosas
que atesora en su letrina.
Entre sus heces camina
esparciendo su veneno
revolcándose en el cieno
en el que tanto disfruta.
La mierda pues, se disputa
entre fascismos sin freno.

   Tres, tres, mira que eran tres

que ese día se juntaban
y en el podio relajaban
de la cabeza a los pies.
La foto que ahora ves
es aquella que decían
que ni de broma querían.
Bien sonrientes se les ve
y en su sonrisa se lee
la bazofia que porfían.

POEMA IMPROVISADO

Solitaria,
como una mano sin la otra,
como mis labios sin tu nombre,
solitaria.

Roja,

como un sueño de colores,
como la sangre de una herida,
roja.

Hermosa,

como el cielo sobre la mar,
como el beso de una ola,
hermosa.

Cuántas cosas por decir,

cuántos sueños por contar,
cuántas horas por vivir,
cuánto amor que recordar.

Solitaria, roja, hermosa...