Su gran pecado, la gula,
es poco lo que le importa,
con pescado, carne o torta
al cerdo comiendo emula.
Engullendo gesticula,
como animal se comporta
y después se reconforta
bien sentado en su gandula.
Su deporte favorito
se hace en silla de salón,
en sofá bien mullidito,
recostado en un colchón,
o posando su culito
en un blandito sillón.
Se dice que es bendición
el comer y no engordar
y yo lo quise probar…
¡No soy de esa condición!
De "Poemas do Piteira (I)"
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