SATURNO DEVORANDO UN HIJO
Francisco de Goya. ⓒMuseo del Prado.
Tan feroz como cobarde,
de esas tus fauces terribles
y de tus manos temibles
tu prole toda se guarde.
Nadie compasión aguarde,
nadie espere tu clemencia.
Por cambiar la providencia,
de tu sino, temeroso,
oh, Saturno poderoso,
devoras tu descendencia.
Pero está escrito el camino:
Tú reinarás destronado
sobre la mies y el arado,
ineludible destino.
No es ya tu reino divino
que es reinado terrenal.
Llegó el momento fatal
y al poderoso Neptuno
sus hermanos, de uno en uno,
devolverás al final.
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