Te sueño entre las sombras
del tiempo que me mira
desde lo alto del monte,
desde el profundo abismo
que nos maltrata.
Te sueño entre la niebla
que cubre el valle oscuro
y envuelve en el recuerdo
este profundo anhelo
que me arrebata.
Y veré tu sonrisa
más allá de mi sueño,
después del horizonte,
detrás de las fronteras
que nos separan.
Y cuando nos veamos
no nos demos las manos
ni rocemos los labios
y hagamos el amor
con la mirada.
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| DOS MUJERES Y UN HOMBRE. F. de Goya. ⓒMuseo del Prado. |
Oscuros son los trazos del pintor,
los gestos que nos deja, gestos duros,
los grises se acumulan en los muros
que muestran sus secretos sin color.
Dos mujeres y un hombre, sin pudor,
los rostros desencajan con dureza.
En sus caras se muestra la flaqueza
y el hueco de su pobre corazón.
Escena privilegio de pasión
trocada en mezquindad y en impureza.
¿Por qué esas risas, frívolas mujeres?
¿Por qué os burláis, tan crueles casquivanas?
¿No sois también vosotras tan mundanas
como el hombre al que halláis en sus placeres?
Dejadlo entre sus gratos quehaceres
culminar su tarea pacifista.
No hay hombre ni mujer que se resista,
aunque al mundo lo nieguen por vergüenza,
a terminar el acto si comienza.
Todo eso bien lo sabe el onanista.
Piteira.
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| DUELO A GARROTAZOS. F. de Goya. ⓒMuseo del Prado. |
Así os pintaba el pintor:
con el ceño embrutecido,
en la lid encarnecido
de estupidez y valor.
Así se escapa el color
del elocuente mural.
Gana lo obscuro al final,
es el negro el cruel reflejo
que nos devuelve el espejo
de vuestro gesto fatal.
Enterráis la inteligencia
que vuestra cabeza encierra
como ocultáis en la tierra
vuestros pies con imprudencia.
Entre las manos la ciencia
entorpecéis a trompazos
y destrozáis en pedazos
cualquier rayito de luz
que os hiriese la testuz,
en un duelo a garrotazos.
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