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¿
Qué indagáis en su pasado?
Pecado.
¿Qué rebuscáis en su vida?
Herida.
¿Qué pretendéis obtener?
Poder.
Pues intentáis conocer
del oponente el secreto
es vuestro plan más concreto
pecado, herida y poder.
Porque de mi alma es el dueño,
de mi corazón, martirio,
es de mi vida delirio,
es mi ilusión, es mi sueño.
Y parezco un pedigüeño
rogando su dulce amor.
Sólo le ofrezco una flor,
una caricia diaria,
una flor imaginaria,
su fragancia y su color.