Una manola o Leocadia Zorrilla. F. de Goya. Museo del Prado. |
Entraste en mi casa un día
como un tizón encendido
reviviendo el pecho herido
de un viejo que se moría.
Entraste con tu alegría
como alegre campanilla.
Ay, deliciosa chiquilla,
me alegraste el corazón,
diste a mis años razón
mi Leocadia Zorrilla.
Triste la fúnebre reja,
triste el gesto y la mirada,
triste bajo el velo ajada,
pesar en su luz refleja.
Lánguido mirar se aleja
y en la voluntad perdida
soporta la despedida
y asume la soledad.
No tiene el cielo piedad,
pues que da y quita la vida.